El Pecado Original

El Pecado Original. Pintura mural de la ermita de la Vera Cruz de Maderuelo. Siglo XII. Pintura al fresco sobre revestimiento mural trasladado a lienzo, 203 x 207 cm. Museo del Prado

Historia y tradición

La historia de Adán y Eva está en los primeros capítulos del Génesis 2-3 y 4, 1-2 y se sitúa dentro del relato de la Creación. Pese a aparecer en un espacio tan corto, la historia es fundamental en la religión cristiana y en el arte es una de las que más obras ha generado. Cada episodio, desde la creación de Adán hasta la vida de Adán y Eva con sus hijos fuera del Paraíso ha tenido representación artística.

En esta entrada nos vamos a centrar en el tema de la Caída o Pecado Original, usando como imágenes algunas de las que están en Museo del Prado para ir preparando la visita. Otros episodios aparecerán en otras entradas.

En la escena del Pecado Original, Adán y Eva aparecen desnudos junto o ambos lados del árbol de la ciencia del bien y del mal. Aparece el fruto prohibido, normalmente representado como una manzana. La serpiente suele estar enroscada al árbol y puede tener cabeza de mujer. Durante siglos fue uno de los pocos temas religiosos en los que se podía representar desnudos.

La escena de la tentación y la caída está, en las obras de la pintura de los primitivos flamencos, con otras escenas previas; creación, y posteriores, expulsión del paraíso, en composiciones palinsquemáticas.

Fuentes

Génesis 3

Tentación y caída Esta es la parte a la que se dedica la entrada

La serpiente era más astuta que las demás bestias del campo que el Señor había hecho. Y dijo a la mujer: «¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?». La mujer contestó a la serpiente: «Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: “No comáis de él ni lo toquéis, de lo contrario moriréis”». La serpiente replicó a la mujer: «No, no moriréis; es que Dios sabe que el día en que comáis de él, se os abrirán los ojos, y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal». Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y comió. Luego se lo dio a su marido, que también comió. Se les abrieron los ojos a los dos y descubrieron que estaban desnudos; y entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron. 

Adán y Eva son descubiertos en su falta

Cuando oyeron la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, Adán y su mujer se escondieron de la vista del Señor Dios entre los árboles del jardín. El Señor Dios llamó a Adán y le dijo: «¿Dónde estás?». Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí». El Señor Dios le replicó: «¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?». Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí». El Señor Dios dijo a la mujer: «¿Qué has hecho?». La mujer respondió: «La serpiente me sedujo y comí». 

Castigo y expulsión del Paraíso

El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, maldita tú | entre todo el ganado y todas las fieras del campo; | te arrastrarás sobre el vientre | y comerás polvo toda tu vida; | pongo hostilidad entre ti y la mujer, | entre tu descendencia y su descendencia; | esta te aplastará la cabeza | cuando tú la hieras en el talón». A la mujer le dijo: «Mucho te haré sufrir en tu preñez, | parirás hijos con dolor, | tendrás ansia de tu marido, | y él te dominará». A Adán le dijo: «Por haber hecho caso a tu mujer | y haber comido del árbol del que te prohibí, | maldito el suelo por tu culpa: | comerás de él con fatiga mientras vivas; brotará para ti cardos y espinas, | y comerás hierba del campo. Comerás el pan con sudor de tu frente, | hasta que vuelvas a la tierra, | porque de ella fuiste sacado; | pues eres polvo y al polvo volverás». Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven. El Señor Dios hizo túnicas de piel para Adán y su mujer, y los vistió. Y el Señor Dios dijo: «He aquí que el hombre se ha hecho como uno de nosotros en el conocimiento del bien y el mal; no vaya ahora a alargar su mano y tome también del árbol de la vida, coma de él y viva para siempre». El Señor Dios lo expulsó del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde había sido tomado. Echó al hombre, y a oriente del jardín de Edén colocó a los querubines y una espada llameante que brillaba, para cerrar el camino del árbol de la vida.

Representaciones en la Antigüedad Tardía

El tema ya aparece en los sarcófagos paleocristianos y en pintura de las catacumbas.

Representaciones medievales

La representación medieval más importante para la visita al museo es la de la ermita de la Vera Cruz de Maderuelo, románica del siglo XII, de estilo francobizantino. Es la que encabeza la entrada. 

Adaptada al marco arquitectónico tiene todos los elementos: árbol, serpiente, fruto, y Adán y Eva desnudos a ambos lados del árbol. Eva toma el fruto prohibido y ambos ya se tapan con las hojas de higuera. Es una representación de gran expresividad con un un feísmo claramente buscado, pues creo debe ser difícil superar realizar una Adán y Eva más horribles.

Pintura Flamenca

Como ejemplo de la pintura tenemos la escena, en composición palinsquemática en el panel izquierdo del Tríptico del Carro de heno del Bosco (1512-1515)

El Bosco, El carro de heno (1512-1515) panel izquierdo, imagen Museo del Prado

Renacimiento y Barroco

Si había un tema en el que la Iglesia, los sacerdotes o frailes más pacatos, no tenían más remedio que admitir que se podía, y debía, pintar desnudos, el tema en las colecciones de pintura españolas de los siglos XVI y XVII lo pintan artistas italianos y flamencos. En el Prado tenemos la suerte de tener juntos la versión que realizó Tiziano hacia 1550 y también la versión, que no copia que pintó Rubens en su segundo viaje a España en 1628-1629.

Tiziano, Adán y Eva, Hacia 1550. Óleo sobre lienzo, 240 x 186 cm, imagen Museo del Prado

Al estar juntas, si no las han cambiado de sitio, pero para eso tenemos esta entrada, podemos encontrar las diferencias, que son importantes para la interpretación de las obras.

P.P. Rubens, Adán y Eva, 1628 – 1629. Óleo sobre lienzo, 238 x 184,5, imagen Museo del Prado

En la visita al museo nos encontraremos muchas obras en las que está representado este episodio del Génesis.

 

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