Vrbem neque pro maiestate imperii ornatam et inundationibus incendiisque obnoxiam excoluit adeo, ut iure sit gloriatus ”marmoream se relinquere, quam latericiam accepisset”
Suetonio, Augusto, 28
La Urbe (Roma) no se correspondía con la majestad del imperio, estaba expuesta a inundaciones e incendios. Él (Augusto) la embelleció y se orgullecía de “haber dejado una ciudad de mármol, cuando se encontró con una de ladrillo”.